_Ella sabia lo que venia o por lo menos se lo imaginaba, las personas no cambian tan fácilmente y Él no era la excepción; Él, altivo y altanero, con su barba de tres días como siempre, su mirada pícara y su sonrisa de niño travieso, sabia también como romper el hielo sucesivo a ese encuentro, pospuesto y deseado unas cuantas veces.
_Ella, lo vio acercarse despacio como quien aún no lo cree, Él le abrazo fuertemente, como quien se aferra a ese ultimo suspiro que te da vida.
Ambos intentaron conversar pausadamente, mientras los besos, esos que ambos habían aislado resurgían libres.
_Ella, aturdida; Él, en un callejón sin salida.
_Ella queriendo abandonar su vicio, Él no la deja cerrar su ciclo.
_Ella le miró a los ojos y los encontró llenos de amor; Él en los de ella percibió, un conato de olvido.
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