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Tengo varias semanas intentando retomar mis clases de guitarra, mi terapía, mis consultas e inyecciones en la rodilla, la dieta fulana de los lunes, la de la piña aquella de los martes, mis caminatas por el  malecón y mis atardeceres, en realidad  tengo mucho más que varias semanas en un intento de retomar mi  vida, de quitarme la etiqueta de fuerte y pedir ayuda, un dedo por lo menos, porque soy tan ¿ idiota? que si no me ofrecen una mano, no me molesto en pedir ni un pedacito de dedo, soy así, aunque pueda ofrecer a mi gente todas mis extremidades si así lo necesitasen.

A veces siento que caminaré y las rodillas se romperán en el intento, que caeré torpe en el suelo como el muñeco de utilería  a quien  le revientan las piernas.

Quizá  me haya tardado en reconocerlo, pero  tengo  un jodido miedo  que me hiela la sangre; de un montón de cosas que quedarán en la autocensura de éste espacio, como asomar por ejemplo el hecho de no ser tan independiente como ayer, de que a  pesar del esfuerzo y apoyo de mi gente, de mis esfuerzos balurdos, de mis quejas,  de mis "no le paro bolas a nada" y mi sonrisa de "payaso" Ronald Mac donald, tengo miedo y es un grandisímo ¡Qué bolas!.