jueves, 27 de enero de 2011

De vez en cuando... Dìas Extraños...

De vez en cuando me pierdo en fotografías que ya he guardado, me miro en esos paisajes fantásticos de una fría y hogareña montaña, de un cálido y hermoso mar, de encuentros y paseos, de un Avila Mágica, de cines, de encontrarte en las lecturas antes de dormir.

De vez en cuando me pierdo en las calles, sin querer voy sin rumbo  buscándote  quizás en las miradas de miles de transeúntes, hasta que un día me topè con una, a ciencia cierta esa mirada se topò conmigo, reprochàndome de entrada mis ojos tristes, mi mirada triste y yo, yo  sonriendo irónicamente en un intento de despiste que no servía de nada, ¡ loco desconocido! pensé, me aleje y acomodé en un banquito justo en ese bulevar que tanto me agrada,  usted se sentó a mi lado  y me sonrío, rompió el hielo y hasta me saco una sonrisa, me leyó las cartas, las manos, creo que hasta el corazón, " cargas una tristeza profunda en el alma" me dijo, aún no sé si es una lección aprendida de memoria para impresionar , solo me quedé allí fría boquiabierta bajo la mirada curiosa de la gente, saqué un vogue de mi bolsito, un encendedor de mi bolsillo y me fui consumiendo poco a poco  el cigarrillo, fue como si de pronto el mundo dejara de girar, como si el que juega con el control remoto de mi vida se hubiese marchado de momento a echar un polvo, como si me hubiesen dado una cachetada aderezada con un ¡reacciona coño! no debes quedarte enganchada a los sinsabores de la vida anda ve corre, mira a tu alrededor, cantidad de gente con tristezas más tristes que las tuyas, sonrisas de fantasía, sueños robados, amigos puntuales de esos que no quieres, amores prohibidos de esos que te sobran, ¡mirate carajo! .... ya no sonríes como antes.

Entre bocanadas de humo fui haciendo comparaciones de mi ayer y de lo que me he convertido ahora, de como aprendí a trancazos que el tiempo aunque suene trillado puede ir curando poco a poco las heridas, puede untarle quizás una saliva algo extraña y milagrosa hasta que logre salir la dolorosa costra, aprendí a no esperar nada de nadie aunque eso mismo me asusta, se siente bien contar con alguien y bueno si de repente necesitase a ese alguien seria bonito que estuviese de manera recíproca, por el mero hecho de desear estarlo y no de tener que estar.

Finalmente fui repasando rápidamente mi ùltimo año, mis ultimas cicatrices de guerra, mis ultimas cagadas, los esfuerzos inútiles de acomodarlo todo, la razón de mi tristeza, la jodida costumbre de estar triste, por el, por ella, por el amor, por la amistad, por mis rodillas, por las pèrdidas, con el tiempo que  hace pacto con la puta y jodida muerte, esa que me ha jodido ùltimamente tanto.

¿ y es que acaso he estado tan triste que no me doy cuenta? ¿ sera que he estado tan triste al punto de no darme cuenta carajo?  niñita, definitivamente hay que hacer algo al respecto.
Terminé mi cigarrillo, me levante, le estreche mi mano y me fui.

No hay comentarios: