Yo no sabía , pero ahí vamos... rodilla.

Últimamente he estado cuestionándome seriamente ¿Coño seré bipolar?, mi gran amigo Raúl se ha encargado de lanzar contra el piso todas esas tontas suposiciones producto de los ataques depresivos sufridos luego de la operación. NO, gordita no eres bipolar, me decía mientras reía a carcajadas, en realidad valga mi ignorancia yo no sabía que luego de una operación uno podía deprimirse pero a mil, dejé a un lado los libros, las pelis, y un poco el blogcito, me dedique a dormir y a escuchar música totalmente inanimada.


Últimamente he rezado mucho, aunque ya había perdido la fe,  a veces pienso que me la lanzaron contra el piso de un trancazo. Me he aferrado por lo menos hoy a las ganas que tengo de levantarme de nuevo, cuando miro a las personas caminando, recuerdo que muchas veces no  valoramos el hecho simple e importante de poder caminar, mis ojos se van siguiendo las siluetas y piernas de ellas, y me visualizo caminando, con la brisa fresca rozando mi cara frente a un amanecer o atardecer de mi mar, con mi concierto de turno o el sonido único e indescriptible de las olas cuando chocan con alguna roca.

Yo confieso que antes de caerme de ésta manera, jamás me había detenido a valorar mi cuerpo, mis piernas o cualquier otro miembro, nada, ahora solo quiero recuperar el movimiento completo de mi pierna, con la terapia aflojar esos músculos endurecidos y soltar las muletas, sería un gran paso... Será mi próximo paso...
 Por lo pronto así vamos...

Así va la cicatriz,  tengo fe que va a mejorar, aunque confieso que mi prioridad es caminar, caminar bien.